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A finales del siglo XIX nos encontramos con que el concepto de España comienza a cambiar. En el año 1898 España sufre las perdidas de sus últimas colonias en América y el Pacífico: Cuba, Puerto Rico y Filipinas. A una larga guerra en Cuba la sigue la guerra contra los Estados Unidos. La anticuada flota española se ve obligada a combatir contra los acorazados estadounidenses, con la consiguiente derrota española.
En este momento España comienza a comprender que ya no es lo que fue. El aislacionismo al que se había visto sometida chocó de lleno con un mundo modernizado en el que los recuerdos del Imperio habían quedado anticuados. La decadencia que había comenzado con los Austrias y continuado con los Borbones, salvo ciertas épocas de bonanza, y a la que los españoles habían dado la espalda durante 300 años, llega a su punto más bajo. A esto se une un país debilitado económicamente y dividido socialmente por la sucesión de guerras civiles que asolaron España durante todo el siglo XIX, desde la invasión napoleónica hasta las guerras carlistas.
Ante esta situación los intelectuales españoles comienzan a analizar el sentido de la idea de España. Ante nosotros se extiende un continente que se ha desarrollado con prosperidad: Europa. Los diversos países europeos han procedido a un nuevo reparto colonial en África y Asia. El más próspero de todos es el Imperio Británico. Después de la guerra franco-prusiana se demostró que la lucha por la hegemonía en Europa quedaba en manos de Inglaterra. Francia quedó relegada a un segundo plano, aunque logró conservar ciertos privilegios heredados del Imperio de Napoleón III. Aparecieron dos nuevos estados europeos a causa de desmembraciones de estados y unificaciones. Por un lado apareció Alemania, liderada por Prusia, a la que se unen parte de los territorios separados del desaparecido Imperio Austro-Húngaro. Por otro lado aparece Italia, que aglutina todos los pequeños estados situados en la Península Itálica. Queda así conformado el mapa de Europa que desembocó en la Primera Guerra Mundial.
El principal rasgo de esta generación es la observación del problema de España y el estudio sobre la idea de la generación de ella. La mayoría de los escritores son de la periferia de España y todos ellos observan a Castilla como región generadora de España. Pero a la vez Castilla se ve sumida en una crisis de pobreza económica e intelectual que va a hacer que ellos se preocupen por la situación castellana del momento.
Podríamos señalar como autores más destacados de esta generación a: Antonio Machado, Miguel de Unamuno y Ramón María del Valle-Inclán.
Fonte: www.aprendaespanhol.com.br
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